No está muriendo. No padece una enfermedad terminal. No está en coma. No depende de equipos que preserven su vida. No está sola, cuenta con el amor de sus padres y hermanos que están dispuestos a cuidarla por el resto de su vida. No ha pedido la muerte.
Sin embargo, se está librando una batalla para determinar si debe matarse de hambre a Terri Schindler-Schiavo. Ha recibido daños cerebrales y no puede hablar o comer normalmente. A pesar de ello, el único tubo al que está conectada es una sonda gástrica que provee alimento directamente a su sistema digestivo.
Su marido, quien tiene una nueva mujer, con la que también tiene hijos, es su tutor. Quiere que se le saque la sonda a Terri. Por supuesto que sencillamente podría dejar que sus padres y hermanos se ocuparan de ella y continuar con su propia vida, pero rehúsa hacerlo.
He tenido dos oportunidades de visitar a Terri, la más reciente fue el primer Domingo de febrero. He podido hablar con ella, escuchar su esfuerzo por hablar, he visto sus ojos enfocarse en los míos y sonreír, la he visto tratar de besar a sus padres. He rezado con ella, la bendije y le aseguré que tiene muchos amigos en el país y en todo el mundo que la aman y quieren que goce de las mismas protecciones que todos disfrutamos, aún cuando estamos heridos.
Los artículos de noticias han caracterizado la situación de Terri diciendo que algunos quieren "mantenerla viva contra la voluntad de su marido." Pero Terri no está muriendo. ¿Qué significa "mantenerla con vida", sino lo mismo que nos mantengan con vida a Uds. y a mí, dándonos, por ejemplo, comida adecuada, vivienda y cuidados?
Algunos dicen que la familia de Terri debería "dejarla irse." Pero no se trata aquí de "dejarla ir" porque no se está "yendo" a ningún lado. Sin embargo, si se la priva de alimentos, moriría lentamente de la misma manera que cualquiera de nosotros moriría lentamente si nos privaran de alimentos. Eso se llama morirse de hambre.
Si las cortes permiten que pase eso, ¿por qué razón entonces debería aplicarse solamente al caso de Terri? No habría manera de limitarse solo a su caso. Innumerables casos le seguirían. Sus muertes se describirían como instancias en que se los "deja morir" en vez de "matarlos."
En efecto, ¿de dónde le viene al estado la autoridad para matar de hambre a la gente? Las decisiones de las cortes que permiten esto carecen de cualquier autoridad, como lo enseña Juan Pablo II en "El Evangelio de la Vida." (# 72) No deben obedecerse estas decisiones porque no vinculan a la conciencia y son en realidad actos de violencia.
En este momento, hay dos cosas sencillas que pueden hacer. Eduquen a sus vecinos sobre esta situación. Visiten nuestra página www.priestsforlife.org y hagan clic sobre el enlace "Terri Schiavo". En segundo lugar, contacten a todos aquellos que conozcan en Florida y pídanles que alienten al gobernador y a los legisladores a seguir haciendo todo lo posible para salvar la vida de Terri.